El arquitecto fue Álvaro Siza Vieira, quien lo diseñó para la Exposición del 1998, pero colaboró con Eduardo Souto de Moura. El diseño es parecido a un “caracol” (ArchiTravel), y este tema del Expo alude a la cultura marítima portuguesa, lo cual explica la proximidad al mar. El arquitecto justifica la sencillez y el racionalismo, queriendo crear un pabellón “lo más sereno possible.” Estaba dividido en dos áreas de exhibición: la exhibición principal y un espacio grande al aire libre para exhibiciones nacionales. La Plaza Ceremonial en el sur de 3,900 m2 consiste de dos bloques de hormigón huecos excepto por unas placas verticales. Arriba de los bloques hay un techo curvado que cuelga; es como una vela de hormigón actuando como toldo sobre la plaza. Las paredes parecen “aletas” (ArquiTravel), y la separación entre el toldo y los bloques es una solución practica para d ejar pasar la luz natural. En el norte está el pabellón principal de 14000 m2 con un patio cuadrado parecido a los de la arquitectura más tradicional del país. En su momento, este fue el proyecto de reconstrucción urbano más grande desde el terremoto y tsunami de 1775, y el sistema de soporte actual es importante por la actividad sísmica.